"Un cielo sin nubes puede ser hermoso, pero faltaría la lluvia que riega los campos para que prospere la vida... Una vida sin retos puede ser cómoda, pero faltarían los triunfos y fracasos para darle sentido a la existencia"Todas las mañanas de mi vida, absolutamente todas las mañanas, cuando acabo de abrir los ojos, cuando no estoy siendo consciente de lo que está ocurriendo, recién acabo de apagar la alarma y todavía con las legañas en mis ojos, mirando un punto fijo, reuniendo las fuerzas suficientes para encender la luz que me ciega a primera hora de la mañana; hago una breve planificación de lo que será mi día;
Ivan Thompson
lo que voy a hacer en el instituto, si tengo que hacer algún examen, si he hecho los deberes y sin saber que me depara el día de hoy, intento hacer un esquema de qué voy a hacer, cómo lo voy a hacer, y la pregunta más importante; ¿Por qué lo voy a hacer?
La mayoría de veces no somos conscientes de lo que nos espera en un día, infinidad de oportunidades, proyectos, puertas que se abren, que se cierran, nuevas oportunidades,
un mundo entero de posibilidades.
Un día dura 24 horas, 1440 minutos, 86400 segundos, innumerables momentos, sensaciones, experiencias... Que transcurren alrededor nuestra, podemos pasarlas desapercibidas, otras simplemente no las recordamos, y otras que pueden marcar si catalogamos ese día como uno bueno, malo o simplemente, igual, indiferente, monótono.
¿Tenemos retos por cumplir en nuestro día a día?
Parece otra inocente pregunta que no nos planteamos ni pensamos una respuesta.
Hay un tipo de persona que vive para cumplir sus metas y sus objetivos, que luchan día si y noche también, dedicando su tiempo a hacer lo que le hace feliz, por imposible que parezca, que busca cumplir ese desafío propuesto, que se deja la piel para conseguirlo.
La siguiente persona es una sin sueños verdaderos, que está haciendo un trabajo o realizando unos estudios que no le gusta, simplemente para sentirse útil, o por presión familiar, motivos económicos, por empuje de la sociedad... Que no se puede dedicar a lo que le gusta por el simple hecho de que es difícil, de que va a tener que pasarlo mal, va a tener que sudar, que sacrificar su tiempo a eso que le apasiona, pero no es capaz de dar el paso. En definitiva, una marioneta que es manejada por la sociedad.
También encontramos a las personas que viven sin sueños, ni ilusiones, ni esperanzas, que solo buscan pasar el día, sin hacer nada, quizás tristes, amargados, en soledad... Normalmente personas mayores que por no haber hecho lo que le gustaba en su tiempo, por no haber tomado la decisión adecuada, han pasado una vida que realmente no le gusta, manejados por un títere que los utiliza a su antojo.
¿Cuáles son tus desafíos personales?
Un hombre sabio me dijo un día, la única manera de crecer es desafiándote a ti mismo, a priori, parece una frase vacía, que nosotros vamos llenándola con nuestros pensamientos, retos, desafíos...
Me dijeron esta frase en un momento realmente duro, pero trasladémonos a nivel deportivo, yo he sido ciclista durante tres años, desde los 12 hasta los 15, y pónganse en mi pellejo, era una de las primeras carreras de la temporada 2016, yo tenía aún 14 años, dos días después de esa carrera cumpliría los 15, y ese año había sido durísimo en lo que a entrenamientos se refiere, el ciclismo es un deporte muy sacrificado, a nivel deportivo y personal, y no estaba pasando por mis mejores épocas personales, y durante esa carrera, que la habíamos preparado a conciencia durante semanas, pasé unas de las peores horas de mi vida; temperatura bajo cero, falta de motivación, estaba enfermo, cada vez que alzaba la cabeza solo veía una carretera infinita hacia arriba rodeada de nieve por todas partes, y cuando estaba a punto de tirar la toalla y bajarme de la bicicleta porque me era imposible dar una pedalada más, entonces llegó mi entrenador con el coche del equipo para alentarme y darme ánimos, y me dijo esa frase que a día de hoy retumba en mi cabeza, pensé en todas las horas sacrificadas, tantas noches en vela por la presión, miedo, nervios, todos esos momentos de sufrimientos por los que me levantaba día a día, así que eché mano a una barrita energética y conseguí acabar la carrera.
No había luchado tanto para quedarme a las puertas, no me había propuesto un desafío para tirar la toalla, no.
Y para finalizar, yo tengo una forma de pensar, yo, por muy raro que parezca, no tengo metas, porque una meta significa el fin, el que ya has llegado y ya puedes parar.
Yo tengo un objetivo, y ese es superarme a mi mismo.